viernes, 5 de diciembre de 2008






*Una historia donde “ella” solo fue víctima de la inmadurez de "él", quizás guiada por su pasado, edad y por qué no, también por la sociedad. Una niña jugando a ser mujer, que quizás se enamoro de la idea del amor y no de su verdadero ser. Una experiencia con la cual aprendí a valorarme más y a no entregar mi amor al primer muchacho que me jure amor, si no a aquel que verdaderamente se lo merezca. Una experiencia que me enseño muchas cosas en tan poco tiempo, con la cual aprendí a escuchar mejor a mis padres y a las personas, no precisamente a darles la razón pero si al menos a escucharlos. Una historia que me enseño a entender mejor y también que es más fácil olvidar un engaño que un verdadero amor. Ahora le doy fin a esta historia queriendo rehacer mi vida, dando lo mejor de mí, ayudando a quiénes más me necesitan, tratando de no guardar rencor y sobre todo, asimilando una falsa y dolorosa ilusión ya que amor, amor no pudo ser… porque el amor es confianza, es entrega total, felicidad y sobre todo de a dos.

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